Cada semana hay un grupo de hermanas y hermanos ayudando en las distintas áreas de servicio como: cocina, santa cena y limpieza del templo. Su espíritu y amor de servicio es admirable, pues a veces se quedan hasta tarde para que todo quede limpio.
Gracias a ellos podemos disfrutar de un rico cafecito cada segundo domingo del mes después del culto.